Vidas y Vueltas - Capítulo VIII - Londres

lunes, 19 de octubre de 2009
La familia llegó al aeropuerto de Londres muy temprano y se hospedó en el Hotel Mount Royal, sobre la calle Oxford frrnte al Hide Park.

Aunqque estaba muy cansada, Martha se moría por dar una vuelta por la ciudad. Decidieron entonces tomar un buen baño y salir a desayunar.

La ciudad era como se la imaginaba, calles enteras con casas todas similares, frentes de ladrillo, ventanas blancas con vidrios repartidos y columnas a ambos lados de las puertas.

Llegaron al Palacio de Buckngham y se detuvieron a ver el cambio de guardia, empero había comenzado a llver y hacía mucho frío y les fue imposible ver la ceremonia porque había muchos turistas pegados a las rejas.

Vivir en Londres es caro y gran parte de la gente vive en las afueras. La mayoría de los edificios de la ciudad son propiedad de la corona, empero se pueden adquirir por muchos años y luego pasan a ser nuevament parte de su patrimonio.

Las plazas son privadas, están enrejadas y permanecen cerradas porque son para uso exclusivo de sus dueños, gente que vive en los alrededores que paga altos impuestos para accdeer a este privilegio.

A la hora de mayor trnsito, por la calle Oxford sólo circulan taxis y los buses de dos pisos, que son tan característicos en esa ciudad.

Siguiendo el recorrido, pasean por las grandes tiendas Selfedges, Debenham, y D.H.Evqns, entre otras, llegando finalmentge a Park Lane.

Bordeando el Hide Park pueden apreciar las lujosas mansiones, embajadas y el famoso Hotel Rochester, el más lujoso de la ciudad.

Por la calle Brompton legan a Harrod´s, un edificio imponente con una arquitectura de más de cien años.

Harrod´s es una tienda deslumbrantef. Su decoración y la abundancia los dejaa perplejos. Alfombras suntuosas, flores y plantas por todas partesq, arañas de crisfal, espejos, algo que les cuesta mucho describir.

En la Planta Baja está la perfumería con todo lo imagiinable, y en otro sector se encuentraqn comestibles de todo el mundo y una gran rotisería con los manjares más exquisitos.

El edificio tiene Varuos pisos a los que se puede acceder con escaleras mecánicas, y en el último se encuentra el suntuoso restaurante donde se quedan a comer.

Luego, vuelven al hotel en un taxi.

En Londres sólo deebrán permanecer siete meses; la casa que será su hogarr está en las afueras y es maravillosa.


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Extraido de Psicologia Malena

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